¿Cuantas sillas necesitará mi hijo?

¿Cuantas sillas necesitará mi hijo?

Una pregunta muy recurrente a los asesores y especialistas en Seguridad Vial Infantil es sobre cuántos  Sistemas de Retención Infantil van a tener que usar nuestros hijos mientras no tengan la altura necesaria y obligatoria para hacer uso del propio cinturón de seguridad del vehículo que vayan ocupando como usuario.

Las respuestas pueden ser varias y, aunque unas son más conservadoras que otras, según  Alberto Gallego, gerente de Tatahuetesiempre van a depender del ritmo de crecimiento en peso y altura del peque”. Una idea que secunda Luisma López, gerente de  Mimos quien también nos recuerda que “el sistema tiene que tener la capacidad de adaptación perfecta en cada etapa de crecimiento del bebé”. Sobre este tema, Javier Berdasco de Kekos nos informa que “Dentro de todos los artilugios que necesita un bebé, es fundamental la correcta elección de los SRI en base a lo que el bebé necesite en esa etapa”

El objetivo a la hora de proteger a nuestro peque en cualquier ámbito es buscar el sistema que ofrezca la mejor protección posible y, una vez que hemos dado con él, que ese nivel de máxima seguridad le acompañe el mayor tiempo posible. Está más que demostrado científicamente que la única forma de que los peques viajen seguros en el coche es utilizando un sistema orientado a contramarcha.

¿Y durante cuánto tiempo deberían viajar a contramarcha?

Pues como nos comenta Javi Berdasco,  “mínimo los 4 primeros años de vida de nuestro pequeño”, aunque hoy en día podemos encontrar dispositivos en el mercado que nos pueden alargar la vida a contramarcha de nuestros hijos hasta los 7/8 años...y alguno más.

POSIBLES COMBINACIONES DE SILLAS

Opciones seguras:

1.- Grupo 0-1 / Grupo 2-3

Utilizaríamos únicamente dos SRI, un grupo 0/1 (desde 0 hasta 4 años aprox.) que nos permitiría llevar al peque a contramarcha hasta al menos los 4 años y después lo pasaríamos a favor de marcha a un grupo 2/3, un elevador con respaldo (desde 4 hasta 10-12 años aprox.) Esto sería así si tenemos un peque con un ritmo de crecimiento medio o bajo

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2.-  Grupo 0-1 / Grupo 1-2 acm / Grupo 2-3

Esta segunda opción es la adecuada  si empezamos por un grupo 0/1 y nuestro peque lleva un ritmo de crecimiento por encima de la media, con lo que nos agotaría el uso de este primer SRI antes de los 4 años y necesitaríamos otra silla que nos permitiera seguir llevando al peque seguro a contramarcha durante más tiempo; éste sería el grupo 1/2  (desde 1 hasta 5-7 años aprox.)

Otro motivo para utilizar esta segunda opción sería la aparición de un hermanito en la familia antes de los 4 años del mayor, con lo que colocaríamos al bebé en el grupo 0/1 y al mayor en el grupo 1/2.

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3.- Grupo 0+ / Grupo 1-2 acm - Grupo 2-3

Utilizaríamos inicialmente un grupo 0 + (desde 0 hasta 12 meses aprox.), a ser posible con instalación con base e isofix. Una vez agotado lo pasamos a un grupo 1/2, con lo que podríamos seguir llevándolo a contramarcha hasta los 5-7 años aprox. y después necesitaríamos un elevador con respaldo grupo 2/3 a favor de marcha. Esta opción, además de permitirnos ir a contramarcha el mayor tiempo posible, nos ofrece también las ventajas de la versatilidad de un grupo 0 durante el primer año en cuanto a cambio de vehículo y transporte del peque, bien en la mano bien sobre ruedas, siempre de manera excepcional y para trayectos cortos.

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4.- Grupo 0+/ Grupo 1/2/3

En esta combinación también comenzaríamos un grupo 0+ hasta el año aproximadamente pero el pasarlo a un grupo 1/2/3 (desde 1 hasta 10 años aprox.) no suele ser una buena opción ya que este tipo de SRI mayoritariamente están pensados para ser utilizados a favor de marcha y esa NUNCA es una opción segura a esta edad. Hay muchos que permiten su instalación a contramarcha pero, salvo contadas excepciones, carecen de los sistemas de seguridad necesarios que garanticen la máxima seguridad del conjunto y que ofrezcan el espacio suficiente al peque para poder llegar cómodo en esta posición al menos hasta los 4 años.

5.- Grupo 0/1/2/3

Este último  caso propuesto, un grupo 0/1/2/3 (desde 0 hasta 10 años aprox.), nos pasa algo parecido a la opción anterior, con el agravante de que es muy difícil que con un único sistema podamos cubrir las necesidades cambiantes de confort y seguridad de un peque durante sus 10 primeros años de vida, máxime cuando muchos sistemas desaconsejan su uso mucho antes de los 10 años debido a la pérdida progresiva de las propiedades de sus materiales.

Como bien nos comenta Alberto Gallego, “Las opciones más completas serían la 2 y la 3, ya que son las que nos permiten llevar al peque en el sistema que nos ofrece la máxima seguridad, a contramarcha, y durante el mayor tiempo posible, pasando después a utilizar un elevador con respaldo (grupo 2/3) hasta los 150cm recomendados, manteniendo el guiado del cinturón alejado de las zonas delicadas del cuerpo del peque.”

Por el contrario, las opciones 4 y 5 no serían recomendables porque, aunque su uso es legal, exponen al peque a situaciones que comprometen gravemente su seguridad ya que, ante una colisión o frenazo brusco, su cuerpo soportaría unas tensiones incompatibles con el desarrollo físico correspondiente a su edad. Este tipo de sistemas habitualmente se corresponden con marcas de baja o muy baja calidad, que fabrican productos que apenas cumplen los requisitos legales mínimos para que se permita su comercialización y únicamente aspiran a convencer por precio en establecimientos no especializados.

LA SILLA DEL RECIEN NACIDO

Cuando llega el momento de elegir el primer sistema de seguridad para el bebé siempre nos falta lo más importante, el bebé, ya que es fundamental que el sistema elegido se adapte perfectamente al vehículo en el que se instala y al peque que lo va a utilizar a lo largo de todo su rango de uso, que se instale correctamente según las indicaciones del fabricante y que vaya bien ajustado al peque que la utiliza.

Para poder desplazarnos con nuestro bebé en un vehículo, éste necesita un sistema específico que le aporte unas condiciones de comodidad y seguridad adecuadas desde el nacimiento a su estado de desarrollo, de falta de madurez física y mental, que se irán modificando de manera progresiva con su crecimiento.

Para conseguir esa comodidad, Alberto Gallego comenta que “el SRI necesita disponer de un sistema de reductores evolutivo que garantice un ajuste continuo de su cabecita e impida desplazamientos laterales incontrolados de la misma. La silla ha de garantizar también una postura adecuada del peque, con un correcto reclinado que será el mínimo que permita que, cuando el bebé duerma, la cabeza se apoye hacia atrás manteniendo libres de presión las vías respiratorias y el sistema digestivo aún inmaduros.” Luisma López además nos aporta qué” La posición del bebé es clave. Y esto va a depender de la inclinación que disponga la butaca del vehículo en el que viajemos, pues no todos los sistemas de retención disponen de la misma capacidad de “bascular” para colocar al bebé en la posición de reclinado óptima y segura”. Todos los especialistas consultados mantienen que el recliando mínimo que debe de ofrecer una silla para recién nacido debe oscilar entre 38/45º.

En cuanto a la seguridad, los tres consultores son claros  : “ el SRI dispondrá de una serie de elementos que se consideran fundamentales para aspirar a un comportamiento perfecto de la silla: un sistema anti-vuelco (pata de apoyo), que impide que la silla gire sobre su anclaje hacia el punto de impacto, modificando el ángulo de descarga de energía y aumentando así peligrosamente la tensión cervical sobre el peque (efecto lanzadera); y un sistema anti-rotación (arco o low tethers), que impide que la silla gire sobre su anclaje hacia el maletero y que el bebé se golpee contra el respaldo del asiento trasero. Este arco anti-rotación actúa además como distanciador, separando la carcasa de la silla del respaldo del asiento y permitiendo así que el peque disponga de mucho más espacio hasta agotar el uso ACM de la silla, siempre dentro de las limitaciones de talla y peso indicadas por el fabricante.”

Una manera de distinguir una silla que ofrezca la máxima seguridad es comprobar si, además de contar con todos los elementos de seguridad anteriores, dispone del sello Plus Test, certificado emitido por un laboratorio oficial sueco que avala la máxima seguridad de sistemas de retención infantil en el mercado a día de hoy.

Además de todo esto, la mejor silla en esta primera etapa será la que mejor se adapte a las necesidades del peque, al vehículo que usáis, a vosotros mismos (necesidades de espacio, uso...) y, por supuesto, que permita que el peque viaje a contramarcha como mínimo hasta los 4 años y cuanto más tiempo mejor.

 

Como nos recuerda Alberto Gallego, “un altísimo porcentaje de sillas de coche no son las adecuadas al peque o van mal instaladas por no haber recibido una correcta formación, de ahí la importancia de acudir a un establecimiento especializado en dónde te informen adecuadamente, te ayuden a elegir el sistema que mejor se adapta a tus necesidades, te permitan probarlo en el coche para verificar su compatibilidad en cuanto a instalación y reclinado y, finalmente, te ayuden con la instalación y te expliquen el uso y evolución de la misma conforme el peque va creciendo. Otro elemento diferenciador es que este tipo de establecimientos probablemente te ofrecerá un servicio posventa continuo para dudas, revisiones...”

 

Desde Seguridad Vial en Familia te recomendamos que lleves a tu hijo de espaldas a la marcha el mayor tiempo posible.

Hoy, gracias a fabricantes concienciados con la seguridad de los más pequeños, encontramos sillas orientadas en sentido contrario a la  marcha hasta los 25 e incluso 32 kilos.

 

Por su seguridad, llévalos a contramarcha el mayor tiempo posible.

Muchisimas gracias a los 3 asesores tecnicos de seguridad infantil por sus aportes para este articulo